viernes, 14 de diciembre de 2012

Bunny Suicide

Conejito. Nadie debe saber que he vuelto a ser humana, a ti te lo confieso. Desde el ángulo externo del techo todo duele menos, pero hoy los petirrojos gritaron y aullaron y pidieron al rey de los pájaros me destierren. A veces pueden ser tan crueles. Es por esto que a las 15hs aproximadamente y en contra de mi voluntad, volví a mi antiguo cuerpo. Creo que no pude soportar el silencio, aveces es como una bolsa pesada en la garganta, otras como una punta de pistola, mecánico el silencio. Y tu silencio se me volvió insostenible. Casi infantil, como un capricho de torta de limón. Comprendo lo del egoísmo, lo del sube y baja. En mi caso crece y decrece un bicho muerto. No es un parque de diversiones sino un animal horrible que me carcome las entrañas. Recibí la cinta de tu película  no podría decir ni una palabra para describir lo que debería, ninguna. Por eso no escribo más. Te quiero.

Ojala estés más cerca, cuando puedas, cuando quieras.
Desde un rincón del escenario, Cath.

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