Querida Catherine,
No sabes cuanto trabajo me ha costado
salir de este barco, quedamos varados en una isla misteriosa, perdí mi
equipaje -pronto te contaré más sobre ello-, he estado
egoistamente feliz unas cuantas semanas imaginando que no debía
volver a ningún lugar, demasiado ida de todo estoy volviendo.
Me gustaría soplar los petirrojos,
creo que están abrumándote demasiado, pueden ser seres
escandalosamente aterradores, pero nos permiten ascender y descender
en pocos segundos no lo olvidemos cath.
Temo que guardaré el secreto de tus cambios.
Me gustaría enviarte otra cinta,
apenas bajé del barco fuí a la fonda de Marcel aquel extraño lugar
que visitábamos juntos los tres, tomé un whisky y pensé en los
dos, más en ti Catherine, temo que tu salud este demasiado
solitaria. En la fonda sonaba jazz, eran aleteos interminables, esa
cinta te enviaría. Me recosté embebida por la noche, los barcos y
des rouges-gorges, soñé que caminabas en la costa, desaparecías,
pensé en tu transformación y me tranquilice, estas cambiando la
piel querida no pasará mucho tiempo hasta que volvamos a pensar
en locuras sin esta oscura nostalgia.
Recuerdas este monologo que me diste?, ayer lo encontré en lo único que tengo desde el viaje, mi cuaderno,
20 años y comenzaban a aparecer nuestros primeros petirrojos.
“Resulta que hay un mundo inmune al
cambio. Pero yo carezco del aplomo suficiente, ahí, de puntillas en
los límites del fuego, aún chamuscada por el ardiente aliento, con
miedo a que se abra la puerta, a que el tigre salte, incluso para
formar una frase. Perpetuamente contradice cuanto digo. Todas las
veces que se abre la puerta, me interrumpen. Aún no he cumplido los
veintiuno. He nacido para que me hagan añicos. He nacido para que se
burlen de mí toda la vida. He nacido para ir arriba y abajo, entre
estos hombres y estas mujeres de rostros convulsivos y lenguas
mendaces, como un corcho en un mar alborotado. Como la cinta de un
alga, soy proyectada muy lejos cada vez que la puerta se abre. Soy la
espuma que llena de blancura las más alejadas oquedades de la roca.
Y también soy una muchacha, aquí, en esta sala”
Estoy segura que debes estar preparando
la mejor actuación de todo Francia.
Quiero escribir tanto y aquí el tiempo
me corre tan rápido, estoy aterrada, sabes que pronto estaré cerca
de casa?, creo que no vas a visitarme, lo temo, se que te gusta esta
cercanía de nuestras notas, temo que viajes cuando llegue Ventburi,
pero espero pequeña lanuda que al menos tomemos un Whisky a la misma
hora de nuestros dos mundos para ese entonces.
Mis notas son interminables, y son todas tuyas
querida cath.
Depuis la mer dans une terre ma lettre
va